La vida secreta de los superhéroes, por Edy Hardjo
Edy Hardjo
es un fotógrafo que recientemente ha saltado a las redes, noticias y
foros gracias a un proyecto fotográfico peculiar, y aparentemente
oportunista o facilón, que en realidad aprovecha con mucha agudeza las
posibilidades de la simulación fotográfica y el concept-art,
complementando de maravilla
nuestra serie de entradas dedicadas de un modo u otro a los superhéroes y nuestra
página dedicada al proyecto al respecto que coordino con mis alumnos en la Escola d'Art de l'Hospitalet.
No cabe duda de que el humor y la
comicidad son los pretextos básicos para el divertimento propuesto por
Hardjo, pero también supone un ejercicio de composición e iluminación
bastante efectivo. Ni siquiera le preocupa que sus fondos evidencien que
sus personajes están recreados con reproducciones y miniaturas del
mundo del merchandising audiovisual y la juguetería, porque le gusta
poner en evidencia la capacidad de evocación que reside en el juego y la
simulación, ilustrar claramente hasta qué punto somos consumidores
compulsivos de historias. La narración, los símbolos, los arquetipos y
el juego constituyen la materia prima de nuestro desarrollo y de nuestro
aprendizaje, así como de la elaboración de nuestro contexto cultural, y
de todo ello nos habla esta vida secreta de los superhéroes servida en
forma de dramatización con muñecos articulados, cuyas expresiones
faciales a veces son modificadas digitalmente por el autor para recalcar
estados de ánimo y sugerencias de índole psicológica por parte de los
personajes.
los 7 samurais y su consecuente
los 7 magníficos,
los violentos de Kelly,
12 del patíbulo,
la gran evasión, objetivo Birmania
y tantas otras...) cuyo recurso ya había sido explotado por la
narrativa clásica Homérica y repetida por la narrativa popular en
cuentos de diferentes títulos en los que un joven ha de conseguir
realizar una hazaña en la que le ayudarán compañeros de viaje de
cualidades extraordinarias. Este equipo arquetípico de superhéroes de la
cultura popular llegará a la fabulación de la vida del Barón de
Münchausen de
Rudolf Erich Raspe,
al fin y al cabo deudor del Quijote (parodia de los héroes de la
literatura de caballería) y de Gulliver (el hombre normal que se vuelve
extraordinario en contextos extraordinarios). Quizás las aventuras más
famosas del barón se refieran al reclutamiento
de su peculiar ejército: un hombre de extraordinario oído (Gustavus), un
forzudo (Albrecht), una persona que corría tan rápido que necesitaba
grilletes
para caminar con normalidad (Berthold) y un individuo de aguda vista
(Adolphus). Ellos son quizás los protagonistas de la más curiosa
aventura del barón, que tuvo lugar tras su entrevista con el
sultán
justo después de una batalla que los turcos ganaron gracias a
Münchhausen (y a su habilidad para cabalgar sobre una bala de cañón, de
ida y de vuelta).
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Robot Kitchen |
Así que son muchas y ricas las referencias de Hardjo.
Lo más llamativo de los logros de este poco pretencioso pero notable
proyecto fotográfico es que demuestra el poder evocador de la fotografía
como alternativa a la ilustración y el concept-art, en complicidad con
las
miniaturas,
maquetas tal y como hemos visto en entradas precedentes, y
reproducciones o
modelismo.
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Robot Kitchen |
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Robot Kitchen |
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Robot Kitchen |
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Robot Kitchen |
Lo cierto es que no se aleja excesivamente del planteamiento en el que se basan las producciones de
Robot Kitchen,
de Stupid Monkey, que recrea, mediante la técnica de stop-motion,
historias de ciencia-ficción y superhéroes ya clásicas en la cultura pop
encarnadas por figuras articuladas de
Mego, Mattel y otras sobradamente conocidas.
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Robot Kitchen |
El tono de parodia ácida, tal y como la reiterpreta
Edy Hardjo, se torna un tanto más sutil aunque no menos absurda y tira
del hilo de las personalidades que condicionan la intrahistoria e
interacciones de los distintos superhéroes expuestos a situaciones más
mundanas y cotidianas, aprovechando la expectativas del público ya
instruído en las historias y problemáticas de los personajes, empleados
como arquetipos bien conocidos. De esta forma, consigue conectar con las
historias basadas en reunir mitos individuales un equipo de ensueño,
como en las películas de grupos carismáticos (
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Grégoire Guillemin |
Son tantos los ejemplos de artistas que se han visto
atraídos por la iconografía de los superhéroes de ficción (recordemos la
fascinación de Magritte y otros surrealistas por antecedentes
literarios como Phantomas) que no tenemos espacio para disponer ejemplos
de todos, pero, puestos a mencionar un ejemplo reciente, me parece
especialmente significativo el cierre del bucle referencial del
ilustrador
Grégoire Guillemin,
quien retorna a los personajes de cómic superheróico para remitirnos a
la estética de la pintura de Roy Litschestein inspirada en las pautas
gráficas de dichas imágenes surgidas de las técnicas de impresión.
Guillemin, paradójicamente, consigue humanizar a los personajes sin
renunciar a la estética gráfica que les es originalmente propia,
llamando nuestra atención sobre la relación que existe entre ciertos
recursos gráficos y los tabús sociales y narrativos de su contexto
sociohistórico.
Hardjo, oportunista y mordaz, no duda en crear
intersecciones entre los universos narrativos de Marvel y DC, que
responden a franquicias comerciales en liza, e incluso ir más allá y
presuponer un universo propio de las figuras de acción y coleccionismo
que infestan el mercado. Así, no duda en incluir la reproducción de
Rowan Atkinson (Mr. Bean) en sus recreaciones, con el acierto de hacerle
protagonizar una sugestiva imagen junto al Batman de Nolan en versión
figura de coleccionismo a la que, Photoshop mediante, ha modificado la
expresión facial para enfrentarse al colmo de los colmos de su galería
de archienemigos lunáticos. Hay muchoa más información entre líneas de
la que su proyecto muestra en su apariencia superficial.
No sorprendía, en su día, que
Agan Harahap y sus
superhéroes fotográficos
se unieran también a los de nuestro blog, constatando con ironía que en momentos
críticos de la historia, los superhéroes tenían que haber venido a rescatarnos de las situaciones en las
que los gobiernos habían puesto a la población mundial. Claro está, cabría la
posibilidad de fuesen los emblemáticos supervillanos quienes se
añadiesen a guerras y conflictos, empeorando la situación, y, al fin y
al cabo, algunos de estos personajes, como el capitán América, habían
nacido históricamente en el contexto de la 2ª Guerra Mundial, con lo
cual su presencia no resulta anacrónica, y su posicionamiento siempre ha
estado tan claro como el de Superman, o, si lo prefieren, tan oscuro
como el de Batman.
La
estética colorista, retroalimentada por la industria de la moda de la
era pop, del mundo de los superhéroes, sexies desnudos apenas
disimulados por el colorismo de sus ceñidos uniformes (algo
especialmente evidente en el mundo de las series dedicadas a
superheroínas) era aprovechada recientemente por Jaroslav Wieczorkievicz
basándose un sus propios trabajos publicitarios de fotografía de
estudio de modelos desnudas "vestidas" con leche.
A través de una entrada de
SPLOID firmada por Omar Kardouid, tenemos noticia del último trabajo de
Jaroslav Wieczorkiewicz,
conocido por sus fotografías publicitarias promocionando el consumo de
leche, una aplicación comercial de un proyecto en el que había vestido
modelos desnudas con el impacto de líquidos que congelaba mediante
rápidas obturaciones (y que, supongo, tras muchas tomas, editaba
digitalmente para seleccionar las formas que mejor y más elegantemente
sugiriesen la presencia de vaporosas telas. Es una forma muy particular y
efímera de body painting.
La primera vez que el artista aplicó una vuelta más de tuerca a su
propio trabajo fue cuando aplicó la misma técnica a reproducir
fotografías icónicas de hermosas estrellas, como el mítico levantamiento
de falda de Marylin Monroe para promocionar "La Tentación vive arriba" y
otras.
El body painting está relacionado sin duda con la moda y el diseño de
figurines, usando como soporte un cuerpo que normalmente ejerce un papel
de lienzo simultáneo al de foco de atención escópica por motivos
sexuales. Esto convierte al body painting en una variedad de arte
erótico al servicio de la fotografía que lo prolonga en el tiempo. Su
potencia visual radica en el hecho de que tapa la visión directa del
cuerpo sin lograr entrar en la categoría de cobertura opaca del mismo.
Comparte con la ropa (tela, tejidos, pieles, etc.) la capacidad
disruptiva del cuerpo mediante áreas alternativas de color, porque se
trata de los mismos pigmentos que pueden diferenciar una prenda de otra,
pero algo se resiste a aque sean aceptados como una auténtica capa
ocultadora: el cuerpo desnudo sigue ahí complejamente disimulado ante la
vista y apenas al tacto. Escultóricamente sigue siendo un desnudo.
La anatomía y el aspecto físico que un ser vivo ofrece escópicamente a
los demás, su animalidad, adquiere diferentes connotaciones en los
diferentes contextos de observación, pero todos ellos van implícitos en
la apreciación del posible atractivo sexual dentro de cada especie
concreta, servido a base de superestímulos condicionados por las
necesidades y potencialidades físicas de cada especie concreta. La
exageración visual de dichas características, el recurso al
superestímulo, hace que ciertas partes de la anatomía humana sean
aumentadas o potenciadas en la imagen de los héroes de la mitología
clásica, cuyas manifestaciones clásicas así hacían constar, dando pie a
la imaginería heróica desnuda que recogería el testigo del arte romano a
partir de la escultura griega. El canon de belleza, de animalidad
humana ideal, sería recogido por artistas plásticos a lo largo de la
historia hasta llegar a la particular revisión del asunto por parte de
los dibujantes de cómics de superhéroes.
Como ya hemos dedicado
entradas anteriores específicas
a este asunto, no le daremos muchas vueltas, pero hagamos constar que
el superhéroe recoge un ideal de bellza que aúna potencialidad física
con potencialidad moral y, por supuesto, atractivo sexual,
especialmente, cosa que requeriría un estudio en profundidad, en lo
referente a las superheroínas femeninas. Además de esto, podríamos decir
que cada uniforme de superhéroe busca una identificación icónica
asociable a la identificación visual de los rasgos físicos que definen a
las diferentes especies animales, particularmente aquellas que denotan
sus capacidades armamentísticas o motrices más evidentes y destacables.
Los espíritus totémicos de los animales vuelven a ser pintados sobre la
desnudez del héroe clásico recurriendo a los diseños gráficos de los
colores primarios impresos en las primeras páginas de cómics de
superhéroes, quienes, de hecho, en muchas ocasiones modernizaban
divinidades clásicas (Flash a Mercurio, por ejemplo) o reivindicaban el
poder del murciélago (Batman, Daredevil), de la araña (Spiderman,
Spiderwoman, Black Widow, Spidergirl) o de tantos otros animales.
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Flash en versión de Luis Barrera para el proyecto "No somos superhéroes" coordinado por Mafa Alborés en la ESD Serra i Abella |
Desde este punto de vista, el superhéroe es una buena excusa para
mostrar cuerpos desnudos con la excusa de un ropaje extremadamente
ceñido (supuestamente) que en el dibujo a menudo apenas oblitera los
atributos sexuales del superhéroe o la superheroína. Bajo esta premisa, y
recurriendo a la edición digital de color, mis
alumnos de fotografía llevan unos años desarrollando y ampliando un
proyecto fotográfico de arte conceptual que reproduce la presencia de superhéroes de Marvel y DC mediante la fotografía de estudio de cuerpos desnudos. Uno de estos proyectos cobró entidad propia a manos de
Rubén Madrid (
Hydrico) que convirtió un reportaje sobre cosplayers en un viaje a diferentes ficciones distópicas.
AurumLight - SplashHeroes - 2015 Milk Calendar from
Aurum Light / Jaroslav on
Vimeo.
Llegados a este punto, entenderéis que la recreación de superheroínas
ataviadas por líquidos pigmentados de Wierczorkiewicz tenga un lugar
obligado en nuestro blog.
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Sacha
Goldblerg |
Hace no muchas entradas, también dedicábamos un
espacio a los curiosos retratos fotográficos de Sacha Goldberg, que
proponían un pretérito distópico plagado de superhéroes modernos con
estética a caballo entre la pintura renacentista y los retratos
cortesanos del barroco. Además de un ejercicio de moda filtrada por el
movimiento
Cosplay,
lo más destacable de este proyecto es la cuidadosa selección de los
modelos en base al parecido físico con los personajes que incorporan o
con los actores más emblemáticos que se encargaron de encarnarlos en la
ficción cinematográfica.
Mientras
elaboraba un comentario adecuado, que se lo merece, por razones
comprensibles para los que conocen nuestras anteriores reflexiones sobre
los
superhéroes desde un punto de vista antrozoológico del arte (ver etiquetas correspondientes y
páginas específicas)
me parecía oportuno ofrecer también una muestra del trabajo de Sacha
Goldblerger en colaboración de Cosplayers para imaginar un pasado en el
que la forma de arte reina era la pintura realista y el retrato
cortesano (plagado de héroes del cómic de los siglos veinte y veintiuno
como si ya hubiesen existido). Tenéis enlaces a la web del autor y, por
supuesto, al artículo original de JJ Duncan.
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Sacha
Goldblerger |
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Sacha
Goldblerger |
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Sacha
Goldblerger |
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Sacha
Goldblerger |
En el contexto de nuestros comentarios, y a la vista de los referentes mencionados, esperamos haber otorgado al proyecto de
Edy Hardjo
la trascendencia que se merece, más allá de su aparente
superficialidad, o su carácter estrictamente lúdico, del que dudo que su
autor reniegue, pero incluso el juego puede ser culto, inteligente e
instructivo, a pesar de sumarse sin complejos al chiste fácil y al humor
chusco.
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