Joan Mora visto por Jose Navarrete.
A continuación de mis propias imágenes sobre la muestra, os ofrezco una selección de las fotografías de Jose Navarrete, un pausado viaje al tiempo y el espacio en el que habita el escultor y cuyas luces ha observado el fotógrafo para trasladar al papel fotográfico ventanas a las que el observador puede asomarse para percibir el rumor de la maquinaria, el repique de los cinceles y el polvo de la piedra sobrante.
Joan Mora Soler
nació en Barcelona en 1944. Hijo de un tallista de mármol, se interesó
desde una temprana edad en el arte. En Barcelona estudió en La Llotja y
en Bellas Artes de Sant Jordi. Posteriormente, añadió a sus estudios
una beca enL´Ecole des Beaux Arts de París. Desde entonces ha realizado
gran cantidad de exposiciones tanto en España como en el extranjero.
Su
uso casi exclusivo del mármol en sus esculturas es una de sus
características más distintivas. Hace representaciones de objetos
comunes consiguiendo las texturas y colores por medio del uso de
diferentes tipos de piedra para adquirir la mayor semblanza posible al
objeto en cuestión.
Con
sus logrados diseños tallados en mármol representó a España en la 4ª
Bienal Internacional de Escultura en Budapest el año 1978. Expone al año
siguiente en la Fundación Joan Miró de Barcelona y a partir de ahí, en
París, Basilea y Madrid, entre otros.
Joan
nos confunde los sentidos y nos deja con una incertidumbre respecto a
nuestro entrono con los bloques de mármol que consigue transformar en
objetos cotidianos. ¿Qué es lo que vemos en estas figuras? ¿Cuáles son
las cosas a las que estamos acostumbrados y cuáles las que están
talladas? La verosimilitud de sus obras a la realidad es lo que nos hace
admirar su arte el
cual, sin lugar a dudas, es una muestra de la elegancia de la simpleza.
Escultor
que se caracteriza por su realismo y ejecución de piezas en mármol y
piedra en tamaño natural. Consigue reproducir objetos de la cotidianidad
con precisión y exactitud en los que las texturas y los colores se
consiguen a base de utilizar diferentes tipos de materiales y técnicas
de precisión cuidadosa. Predominan las cajas y las bolsas que imitan el
cartón y que parecen receptáculos extraídos de una realidad con vida
propia. Joan Mora elige cuidadosamente todo tipo de objetos que
descontextualiza y los transporta hacia los inquietantes umbrales de
nuestra percepción.cual, sin lugar a dudas, es una muestra de la elegancia de la simpleza.
Esta
es la escueta información que encontramos acerca de Joan Mora en su
página web. Lo cierto es que lo más fascinante de Mora es la aplastante
sencillez de su carácter, sus nulas ínfulas de artista y su marcado
carácter de obrero, de trabajador que ejerce su oficio con constancia y
paciencia. Esta relación entre el artesano de oficio y su taller, su
hábitat durante su estricto horario de trabajo, es lo que el fotógrafo
barcelonés Jose Navarrete ha buscado plasmar en un hermoso y sobrio
reportaje fotográfico del que hemos podido disfrutar estos días en el
recibidor de la Escola d'Art Serra i Abella de l'Hospitalet, entre otros
interesantes trabajos seleccionados para el proyecto ON BARCELONA,
presesentado por la sala H2O, además de una evocadora muestra de
herramientas cotidianas del trabajo de Mora y la pieza escultórica cuyo
proceso de realización constituye el tema del reportaje de Navarrete,
testigo sensible y discreto del día a día del quehacer del artista en su
taller.
La
precisa ejecución que Joan Mora aplica a sus obras de mármol es tal
que, fuera del contexto de una galería de arte, sus esculturas de mármol
pasan inadvertidas como tales, confundiéndose con los objetos
cotidianos que reproducen, como en el caso de la carpeta negra que ocupa
el área central de la vitrina que acoge una instalación con fotografías
de Navarrete, muestras documentales del trabajo de Mora y algunas de
las herramientas que utiliza habitualmente. La minuciosidad de su
hiperrealismo encuentra en la fotografía un cómplice del engaño visual
que suponen sus piezas, que precisan ser tocadas para constatar su
materialidad pétrea. Como anécdota, parece ser que una chaqueta de
luces, una torera colgada de una silla, pieza tallada en un bloque
único, despertó tal curiosidad en el público de la feria de arte de
ARCO, que la moqueta en la que se situaba la obra acabó la feria
totalmente desgastada por las pisadas del público incrédulo que tenía
que constatar mediante el tacto que aquello era efectivamente un bloque
de mármol tallado.
A continuación de mis propias imágenes sobre la muestra, os ofrezco una selección de las fotografías de Jose Navarrete, un pausado viaje al tiempo y el espacio en el que habita el escultor y cuyas luces ha observado el fotógrafo para trasladar al papel fotográfico ventanas a las que el observador puede asomarse para percibir el rumor de la maquinaria, el repique de los cinceles y el polvo de la piedra sobrante.
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