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miércoles, 21 de marzo de 2018

los monstruos y los hombres anfibios...y Doug Jones (dirigido especialmente a los alumnos de ciclos de Cómic, Ilustración y Animación Audiovisual)



Ofrecemos hoy una pequeña reflexión sobre los principales temas de interés implícitos en las manifestaciones artísticas que especulan con criaturas fantásticas y criptozoológicas, para hacer hincapié en los híbridos humano-animal y muy especialmente en los anfibios, el híbrido biológico por excelencia.

Además, queremos rendir nuestro particular homenaje a aquellos intérpretes, actores especializados o especialistas de ocasión, que han encarnado a algunas de estas criaturas más relevantes, y, al hilo de la actualidad y del éxito de "La Forma del Agua" de Guillermo del Toro, resaltar la figura de Doug Jones, uno de los artífices en el renacer de los buenos disfraces de monstruo con señor dentro.

Si hemos de buscar referentes entre nuestros propios contenidos acerca de este tipo de trabajos artísticos tan especializados, os recomendamos que visitéis nuestras siguientes entradas:


El hombre tras la máscara de mono. Rick Baker y el tránsito de los efectos manuales a los digitales

Gorila rapta moza (escultura de Emmanuel Frémiet) y Charles Gemora como pionero de los profesionales del traje de gorila.

De todos modos, siempre es posible que abordemos cuestiones comunes en artículos al respecto de la importancia de la anatomía comparada como fuente de inspiración de trabajos artísticos. En cuanto a los límites entre animales antropomorfos y personajes zoomorfos, ya dimos cuenta de ello en nuestra página La imagen del mono, todavía hoy una de las más consultadas en nuestro blog, y en la página específicamente dedicada a animalidad y parecido.

Ya en otras ocasiones hemos mencionado nuestra personal simpatía por la persistencia icónica y el más que aceptable naturalismo de la criatura de la laguna negra, en el clásico de cine de serie B dirigido por Jack Arnold, y conocido en nuestro país como "La mujer y el monstruo", significativo título opcional que nos remite al viejo tema de la bella y la bestia, recurrente donde los haya y uno de los más estudiables aspectos de la antrozoología del arte.

Así lo hemos hecho constar en nuestro propio repaso a ejemplos de manifestaciones etiquetables como nuevos casos de Bellas y Bestias en el arte. Incluso hemos observado de forma más específica este trasunto temático en cuanto a bestias marinas se refiere, por la particular simbología que asocia mujer con agua.

Cuando el recurso más inmediato para mostrar un monstruo es aprovecharse de su antropomorfismo para justificar un disfraz llevado por un humano, suele ocurrir que hay ciertos aspectos excesivamente forzados o poco verosímiles que delatan la torpe presencia de una persona en el interior del traje. No obstante, hay casos loables de criaturas creíbles y fascinantes por su coherencia anatómica, por saber camuflar la estructura humana subyacente o por hacer creíbles sus proporciones y motricidad gracias a la interpretación física, motriz, del actor bajo el disfraz. Tanto los aspectos técnicos acerca de los materiales empleados (sus acabados y texturas, sus detalles o su observación concienzuda de la anatomía comparada) como los que atañen a las habilidades gestuales e interpretativas del actor se han ido sofisticando a lo largo de la historia del cine, y existen casos notables e influyentes, como sin duda lo es la criatura de la Laguna Negra, el Alien de Giger o el inolvidable rostro de Predator.

Entender simultáneamente las posibilidades expresivas y sugestivas de la fotografía y la puesta en escena dramática es primordial en la producción cinematográfica, y el tráfico de influencias entre ilustradores literarios, dibujantes de cómic y artistas conceptuales de cine ha sido constante. A menudo, también es cierto que la ocultación y la visión fraccionada han demostrado ser más efectivas que la exhibición plena de las criaturas que focalizan la atención del público, y aunque son medios diferentes con sus propios recursos, es interesante observar hasta qué extremo un buen estudio creativo previo suele producir resultados interesantes en diversos ámbitos de la dirección artística de una película, desde la estrictamente cinematográfica hasta la conceptual, que suele incluir el diseño gráfico e ilustrativo de los carteles promocionales e imágenes publicitarias.

En este sentido, el arte gráfico y posters por Reynold Brown para la película "Creature from the Black Lagoon" se preocupan por anticipar no sólo la más o menos sorprendente o creíble criatura, sino los fondos submarinos y los puntos de vista subjetivos y contrapicados bajo el agua, que sin duda nos recuerdan su influencia en los célebre planos iniciales de "Tiburón" de Spielberg.

Otro aliciente de los carteles de películas de bajo presupuesto en blanco y negro de los años 50 y 60, cuando rodar en blanco y negro era una opción barata a la par que sobria o artística (en los 80 era una elección cara, además de una declaración de principios) radica, como en las portadas de los libros pulp y los cómics a una tinta, en la posibilidad de ofrecer al lector o al espectador de imaginar una atmósfera, una puesta en escena cromática y emotiva para proyectar sobre su propio recuerdo de la historia.

La estética fotorrealista es inevitable, pero las convenciones compositivas de la ilustración y del cómic siguen estando presentes. A menudo, no obstante, los recursos gráficos y expresivos de los ilustradores especalizados conseguían optimizar la coherente integración de las criaturas fantásticas con su entorno, supuestamente una recreación más o menos exacta del mundo real, cosa más difícil de mantener en una dramatización filmada en movimiento, y lo cierto es que incluso en dichas circunstancias el público se vió seducido por el aceptable realismo del monstruo.

Dudo que sea casual la elección de criaturas cercanas a los peces, los anfibios o los reptiles, sencillamente porque el látex y los materiales más recurrentes en otros tipos de prótesis para caracterizaciones y maquillajes especiales ofrecen una textura aceptablemente creíble de sus pieles.


La criatura fue diseñada por Milicent Patrick, aunque no figurase en los créditos, y supone no sólo una interesante propuesta en su diseño básico, sino que consigue materializarse en un traje que posibilita una integración más que aceptable con quien lo viste, tal vez por observar con cierto detenimiento la disposición de estructuras externas de diversas especies animales. Recordad que Cuvier fué el padre de la anatomía comparada, pero sin duda lo fué gracias a sus dotes como dibujante y su minuciosa observación de los elementos que conforman un organismo vivo en analogía con otros. La observación del artista y la del naturalista no son dispares, sino cómplices.

James Curtis Havens dirigió las escenas subacuáticas, asesorado por el buceador jefe James R. Wolfe. 
El relativamente reciente desarrollo de los equipos de buceo autónomos habían facilitado las filmaciones subacuáticas y el público agradecía la pericia técnica demostrada aún sin ser excesivamente conscientes de ello. Ver al anfibio antropomorfo moverse con naturalidad en el agua en auténticas tomas subacuáticas le otorgaba un plus de realismo que daba empaque a la modesta producción.

Los buceadores especializados en este tipo de filmaciones fueron importantes no sólo para fotografiar las escenas, sino como asistentes de rodaje y, cómo no, para interpretar al espécimen en su medio natural.


era quien se vestía de la criatura bajo el agua, como experto buceador, y asumiendo el disfraz como un peculiar traje de buceo, consiguió aportar una cierta naturalidad a los movimientos del ser anfibio.

Sin embargo desde nuestra actual perspectiva acostumbrada a efectos digitales cada vez más convincentes, no podemos evitar apreciar que, para ser un animal acuático, se mueve con menos agilidad que Johnny Weismuller interpretando a Tarzán, quien resulta patéticamente lento ante los movimientos de una foca o un delfín. Estos son sin duda los referentes cinéticos para las sirenas de algunas producciones recientes, como la cuarta entrega de Piratas del Caribe o el ya clásico falso documental sobre sirenas de Discovery Channel.

Dudo que el film hubiese alcanzado tal persistencia evocadora en la memoria de los cinéfilos más o menos exigentes si no fuese por las tomas subacuáticas y determinados encuadres encaminados a ejercer de representaciones icónicas de percepciones sensoriales no visuales, aludiendo a lo que está oculto bajo el agua. Otro antecedente de las célebres tomas de Spielberg para "Tiburón" (nos referimos especialmente a su acertado uso de las tomas con la cámara semisumergida entre los elementos aéreo y acuático para acentuar la sensación de indefensión) es aquel que muestra las piernas de la mujer sumergidas en el agua mientras el resto de su cuerpo queda fuera de plano, conectando al espectador, en un curioso bucle invertido, con la sensación de no ver nuestros propios pies y aumentar nuestras expectación respecto a cualquier sensación táctil, siempre inquietante y ambigua. Por si fuera poco, el plano ofrece simultáneamente dos extremos escópicos de los que consideramos bello o feo: las piernas como camino al objeto sexual (sumergido además en su símbolo primigenio, el agua) y convertidas en objeto de deseo y goce estético, yuxtapuestas a una figura claramente humanoide (una alerta atávica para nuestra percepción) pero con rasgos diferenciales que la confirman como peligro inminente, lo que al fin y al cabo no hace sino ilustrar un determinado estado de las cosas en la cultura que contextualiza el consumo de este tipo de producciones cinematográficas en una época determinada.



Ben Chapman llevaba el traje del Gillman (algo así como hombre-branquia en inglés) cuando éste se movía fuera del agua. Recomendamos la entrevista que le hace Bob Gourley en Chaos Control Digicine.
Lo curioso es que Chapman era un experto buceador al igual que Ricou Browning, y estaba habituado a trabajos de este tipo, pero se limitó a las escenas no sumergidas. En las secuelas de las películas, Chapman no repitió, pero sí Browning, que buceó con el traje en todas ellas. Teniendo en cuenta que la gomaespuma y el neopreno son los materiales habituales de los trajes de bueceo, Chapman afirma que era relativamente cómodo y no excesivamente pesado, sobre todo en seco. No sólo el monstruo tenía un doble para las escenas subacuáticas. Todos los actores principales con escenas bajo el agua eran sustituídos por buceadores expertos, incluída la protagonista femenina.

En busca de una inmersión sensorial mayor, la película fue rodada originalmente con dos cámaras en sistema esteroscópico para su visionado en 3D, algo por otra parte típicamnete representativo de los años 50, cuando el cine buscaba alternativas comerciales para imponerse a la televisión, y aunque se trataba del sistema en anaglifo (filtros rojo-azul) un tanto crítico para producciones en color, no deja de ser el antecedente de las modernas proyecciones dobles polarizadas para imponerse a la menor espectacularidad de internet y los sitemas de visionado domésticos.

Chapman y Browning nos recuerdan que existen intérpretes olvidados en la historia del cine, basándose en que eran meros instrumentos y que bajo el disfraz podría haber estado cualquiera. No obstante, la celebridad y el prestigio de otros actores indiscutiblemente genuinos, como Boris Karloff o Lon Chaney no se vió obstaculizada por el hecho de poseer físicos peculiares o habituarse al uso de prótesis y caracterizaciones extremas.

Con el paso del tiempo, nos hemos acostumbrado a que algunos actores especializados en escenas de acción o en caracterizaciones extremas hayan accedido a trabajos de interpretación más convencionales, pero también existen casos peculiares de actores habituados a vestir trajes pautados para la lectura digital de los movimientos de un personaje prediseñado (el ejemplo más célebre tal vez sea Andy Serkis en colaboración con Peter Jackson) y de actores que tienen percha y aptitudes mímicas i dramáticas para incorporar personajes tan escultóricos y premodelados como el anfibio de la Laguna Negra. Y, gracias a la colaboración con un talento creativo como Guillermo del Toro, el ejemplo más notable de la actualidad es sin duda Doug Jones. Llegados a este punto hemos de decir que las dotes como escritor y cineasta se deben especialmente a su avidez como espectador y lector de cómics y fantasía, fascinado por lo monstruoso de una forma que él mismo califica de antropológica. Su gusto por estéticas clásicas y decimonónicas lo acerca o lo que se denominaría steampunk, y desde su primer largometraje, "Cronos", dejó claro que quería abordar los terrores y especulaciones fantacientíficas de siempre con recursos estéticos de siempre, pero sólo con la inteción de renovarlos y exprimirlos hasta el extremo.

En el universo fantástico de Guillermo del Toro abundan los monstruos fantásticos y las fantasías criptozoológicas y feéricas, los acercamientos a temáticas esotéricas y el gusto por la estética de las manifestaciones artísticas que han ilustrado la historia natural hasta nuestros días, como las referencias a la entomología de "Mimic", que se aprovecha de la ancestral aversión a los insectos y artrópodos en general. Vreemos sinceramente que ha enriquecido el universo creado por Mike Mignola para "Hell Boy", y en ambas películas de la saga ha contado con la inestimable colaboración del equipo artístico de Rick Baker para la recreación plástica del personaje principal, magníficamente interpretado por Ron Perlman, un caso de actor de físico peculiar que ha sabido mantener la presencia de su rostro y su carisma incluso bajo la piel de la Bestia de la serie televisiva, incorporando al neanderthal de "En busca del fuego" de Annaud o convirtiéndose en el entrañable aunque inquietante jorobado de "El nombre de la rosa" del mismo director.

En "Hell Boy", Mignola y del Toro dan rienda suelta a su imaginación y el director sabe sacar partido al talento de los artistas especializados que recrean escenografías, maquinaria steampunk y criaturas criptozoológicas de arrebatadora presencia.

Una de ellas es el personaje de Abe Sapiens interpretado por Doug Jones, con una caracterización sin duda inspirada por la criatura anfibia de la Laguna Negra. El resultado es excelente, y la colaboración de Noé Serrano como escultor y modelista hiperrealista incluso mejora los resultados de Baker en la segunda entrega.

De todos modos, Serrano y el propio Jones consiguen materializar criaturas tan fascinantes como todas las aparecidas en "El Laberinto del Fauno", amén de todas las que aparecen en las dos películas de "Hell Boy" con un estilo peculiar e influyente, y las aptitudes de Doug Jones para ejercer de titiritero virtuoso desde el interior de estas sofisticadas marionetas son realmente loables. , y aun alarde de virtuosismo actoral y mímico, Doug Jones ha sabido habituarse a las dificultades técnicas impuestas por tan sofisticados disfraces y ha aportado una expresividad fascinante a todas estas incorporaciones.
Qué duda cabe que el cómic fantástico ha influido poderosamente en la obra de muchos cineastas del género, pero la influencia ha sido mutua, y creciente relismo de los ilustradores contemporáneos, auspiciado por los avances y abaratamientos de los procesos de impresión en color. Todo ello ha facilitado que muchas viñetas contempráneas posean un peculiar realismo fotográfico que las asemeja poderosamente a fotogramas de películas del mismo género, y viceversa. Resulta emblemática la magnífica colaboración entre el guionista Kurt Busiek y el artista gráfico Alex Ross (la mejor expresión del estilo más clásico en combinación con unos recursos pictóricos frescos pero rabisamente fotorrealista) para evocar la verosimilitud histórica y documental de las principales sagas de superhéroes de Marvel en "Marvels", una especie de tesis doctoral sobre el género comparable a los "Watchmen" de Moore y Gibbons, y simultáneamente una obra maestra del arte gráfico.

Curiosamente, en el caso de Hell Boy, las referencias gráficas originales de Mignola son indudablemente personales, sugerentes y de gran calidad técnica y compositiva, pero su estilo es muy de papel, muy entregado a los rasgos propios de la historia del medio.

 Está más cercano Roy Crane o a Hugo Pratt que a cualquier manierista manifistación de alardes técnicos, y sin embargo los resultados obtenidos en la versión cinematográfica transpiran el original pese a una decidida adaptación estilística dispuesta a convertirlos en algo aparentemente posible en el mundo real. La fábrica de sueños asume su papel.

Los diseños de las criaturas del universo de del Toro son minuciosos y buscan la aceptación del público más exigente, conscientes de que los avances de los efectos especiales y los sistemas de registro óptico han llegado también a los audiovisuales documentales y de divulgación científica. También lo son de que dichas producciones han proliferado tanto como los canales temáticos y la televisión por cable, que han generado un público amplio con muchas más referencias de carácter científico.

La zoología y las ciencias naturales ya no son sólo leídas u observadas en evocadoras láminas ilustradas, o en filmaciones más o menos prosaicas de animales en acción. Hemos podido ser testigos de los movimientos de las plantas, del interior de los seres vivos, de su cercanía escópica, de sus espectacular interacción con el medio natural. Hemos observado rasgos anatómicos sorprendentes desde la perspectiva de la lógica evolutiva, de la adaptación al medio, y nos hemos seguido dejando seducir por nuestra subjetiva apreciación de lo que la expresividad resultante de las criaturas vivas nos sugiere. La perspectiva sugerida por la ciencia, aunque apasionada y vocacionalmente inspirada por la atracción o la repulsión emocional a lo diferencial, a lo monstruoso, ha acabado por imponer una cierta imparcialida opcional.

La criatura de la Laguna Negra inspira temor, no curiosidad o fascinación naturalista, en la época en que se produjo. Podemos constatar que algo ha cambiado culturalmente con el creciente advenimiento de ecologistas, animalistas y neodarwinistas que contemplan la belleza de cualquier criatura viva, digna por tanto de ser protegida y respetada. La gran diferencia entre Abe Sapiens y el monstruo de la Laguna Negra es que ejercen papeles totalmente diferentes, aunque la simpatía y complicidad inspiradas por Sapiens se amparan en una integración del espectador en el particular y exclusivo mundo de sus protagonistas.
 
El tono adoptado para "La Forma del Agua" es ambivalente, puesto que aún partiendo de la inquietud y el desasosiego, opta por la vía de la empatía con los demás seres vivientes en términos de semejanza. No obstante, para conmocionar a todo aquél que siga obsesionado por el temor a lo extraño que se antoja monstruoso, o lo despreciablemente animal con actitud antropocentrista, del Toro ofrece situaciones de ambigua interpretación, donde el miedo y el peligro se siguen respirando en el ambiente, de hecho de forma mucho más rotunda y sangrienta que en su precedente.



En su reciente éxito "La Forma del Agua", Guillermo del Toro replantea metafóricamente nuestra relación con el mundo natural, ya no tan lejano del espiritual, y nos cuenta un cuento de corte clásico con nuevos matices. Los acabados y dispositivos del disfraz utilizado por Doug Jones son estudiadamente sofisticados y tremendamente observadores de cómo sería un bípedo acuático si hubiese evolucionado realmente (recordemos por ejemplo la hipótesis planteada por la teoría evolutiva del primate acuático para justificar nuestro bipedismo y nuestra alopecia corporal). Las membranas interdigitales, los dobles párpados subacuáticos inspirados por reptiles de vida anfibia, las branquias y en general todos los rasgos físicos de la criatura son excelentes remedos de todo lo que el monstruo de los 50s había mostrado. Los movimientos fuera y dentro del agua ofrecen una naturalidad notable, pero además persiguen una empatía que han de compartir espectador y actriz protagonista (impagable Sally Hawkins) hasta llegar al paroxismo histriónicamente delicioso del onírico número musical en el que Jones acomete la danza o los números circenses con una eficacia hipnótica bajo su apariencia de animalidad alternativa.

Supongo que del mismo modo que las modelos y los modelos de pasarela son seleccionados por sus proporciones físicas como percha viviente de los ropajes que han de exhibir, asimismo los actores como Doug Jones, se ven beneficiados por ciertos rasgos físicos que los hacen soportes ideales de las prótesis y caracterizaciones físicas que incorporan. Su complexión extremadamente delgada y angulosa lo convierten casi en un esqueleto viviente que no distorsiona la estilizacion de las capas añadidas a su cuerpo, incluso en lo que a su rostro se refiere, facilitando que las proporciones no se vean forzadas por la invitable adpatación a una anatomía más prominente o robusta.

Con ese rostro que nos recuerda a una extraña mezcla entre Paul Bettany (con quien, por cierto, coincidió en el rodaje de "Legion") y Jim Parsons (recomiendo repasar nuestras reflexiones sobre los naturalistas de ficción y la interpretación del Dr Maturin por parte de Bettany -no podemos evitar imaginar que Jones sería un buen Maturin incorporando comportamientos propios de Sheldon Cooper al personaje-).



La especialización de Jones en incorporar personajes con caracterizaciones y maquillajes complejos incluye la capacitación a moverse por el espacio escénico memorizándolo por hacerlo prácticamente a ciegas o con una visión y una audición limitadas por por las capas de maquillaje y de prótesis, aunque también ha llevado trajes con marcas referenciales para mover personajes virtualea prediseñados, a la manera en Andy Jerkis interpretó a Gollum en la saga del Hobbit y El Señor de los Anillos, o al King Kong que interacciona con Naomi Watts en la versión de Peter Jackson.

Tras estudiar en una escuela católica de Indianápolis, Doug Jones se graduó en Telecomunicaciones y Teatro en la Universidad Ball State de Muncie (Indiana), en 1982. Allí se unió también por primera vez a una compañía de mimos, llamada Mime over Matter. En 1983 trabajó como contorsionista para diversos anuncios televisivos, entre ellos aquél en el que hizo su debut el personaje Mac Tonight de McDonald's.


En 1985 trasladó su residencia a California, donde permanece desde entonces y ha participado en unos 25 largometrajes, series televisivas como Buffy Cazavampiros, cerca de 90 anuncios y varios vídeos musicales de artistas como Madonna, Red Hot Chili Peppers y Marilyn Manson. No obstante, no alcanzó gran notoriedad hasta el estreno de Hellboy (2004), en el que daba vida al hombre-pez Abraham "Abe" Sapien.






Durante el rodaje de Hellboy, entabló amistad con el director mexicano Guillermo del Toro, con el que trabajó en su siguiente proyecto, El laberinto del fauno, primera película en lengua no inglesa de Doug Jones. Aunque Jones aprendió un cierto nivel de español durante el rodaje, finalmente se decidió que en la versión final de la película fuese doblado.

Entre sus proyectos recientes se encuentran las dos entregas de Hellboy y la secuela de Los 4 fantásticos, donde encarna a Silver Surfer en movimientos, ya que la voz la recrea otro actor (Laurence Fishburne). Jones fue elegido para protagonizar un spin-off de Silver Surfer. Cuando se reinició la franquicia de Los Cuatro Fantásticos, decidieron cancelar la película.
Participó en la serie Falling Skies, para TNT, en el personaje del líder alienígena de la raza Volm llamado "Cochise".1​ En 2014, Jones apareció como Barrow en la serie de MTV Teen Wolf.2



Doug Jones es también un productor de cine independiente y un cantautor aficionado. Está casado y tiene su residencia en Los Ángeles.
En 2015 dio vida a Jake Simmons/Deathbolt, el primer metahumano en debutar en la serie Arrow en su tercera temporada.
En 2017 formó parte del reparto de Star Trek: Discovery, interpretando al oficial científico y teniente Saru.
En 2018 interpretó al hombre anfibio en La forma del agua, de Guillermo Del Toro.

Películas

Año Título Rol Notas
1992 Batman Returns Thin Clown
1993 El retorno de las brujas Billy Butcherson
1995 Tank Girl Ripper adicional
1997 Mimic Long John #2
2000 Las aventuras de Rocky y Bullwinkle FBI Agent - Carrot
2001 Monkeybone Yeti
2002 La máquina del tiempo Spy Morlock
2002 Hombres de negro II Joey
2002 Adaptation Augustus Margary
2004 Hellboy Abe Sapien
2005 Doom Carmack Imp / Sewer Imp
2005 The Cabinet of Dr. Caligari Cesare
2006 Lady in the Water Tartutic #4
2006 El Laberinto del Fauno Fauno y el hombre pálido
2006 Hellboy: Sword of Storms Abe Sapien (Voz)
2007 Hellboy: Blood and Iron Abe Sapien (Voz)
2007 Los 4 Fantásticos y Silver Surfer Silver Surfer
2008 Quarantine Hombre delgado
2008 Hellboy 2: el ejército dorado Abe Sapien
2009 My Name Is Jerry Jerry
2010 The Butterfly Circus Otto (Cortometraje)
2010 Legion Ice Cream Man
2010 Quantum Quest: A Cassini Space Odyssey Zero / Razer (Voces)
2010 Gainsbourg: A Heroic Life Dr. Albert
2012 John Dies at the End Robert North
2012 Vecinos cercanos del tercer tipo Extraterrestre principal
2013 Raze Joseph
2014 Love in the Time of Monsters Dr. Lincoln
2014 Antiviral

2015 Always Watching: Marble Hornets Story Slender Man
2015 La cumbre escarlata Fantasma de la madre de Edith y de la viuda señora Sharpe
2016 Ouija 2

2017 Nunca digas su nombre The Bye Bye Man
2017 La forma del agua Hombre anfibio

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