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miércoles, 4 de junio de 2014

Artistas a ambos lados de la cámara. El fotógrafo Jose Navarrete sigue el proceso de una obra del escultor Joan Mora.

Joan Mora visto por Jose Navarrete.


Joan Mora Soler nació en Barcelona en 1944.  Hijo de un tallista de mármol, se interesó desde una temprana edad en el arte. En Barcelona estudió en La Llotja y en Bellas Artes de Sant Jordi.  Posteriormente, añadió a sus estudios una beca enL´Ecole des Beaux Arts de París. Desde entonces ha realizado gran cantidad de exposiciones tanto en España como en el extranjero.

Su uso casi exclusivo del mármol en sus esculturas es una de sus características más distintivas. Hace representaciones de objetos comunes consiguiendo las texturas y colores por medio del uso de diferentes tipos de piedra para adquirir la mayor semblanza posible al objeto en cuestión.

Con sus logrados diseños tallados en mármol representó a España en la 4ª Bienal Internacional de Escultura en Budapest el año 1978. Expone al año siguiente en la Fundación Joan Miró de Barcelona y a partir de ahí, en París,  Basilea y Madrid, entre otros.

Joan nos confunde los sentidos y nos deja con una incertidumbre respecto a nuestro entrono con los bloques de mármol que consigue transformar en objetos cotidianos. ¿Qué es lo que vemos en estas figuras? ¿Cuáles son las cosas a las que estamos acostumbrados y cuáles las que están talladas? La verosimilitud de sus obras a la realidad es lo que nos hace admirar su arte el 
cual, sin lugar a dudas, es una muestra de la elegancia de la simpleza.

Escultor que se caracteriza por su realismo y ejecución de piezas en mármol y piedra en tamaño natural. Consigue reproducir objetos de la cotidianidad con precisión y exactitud en los que las texturas y los colores se consiguen a base de utilizar diferentes tipos de materiales y técnicas de precisión cuidadosa. Predominan las cajas y las bolsas que imitan el cartón y que parecen receptáculos extraídos de una realidad con vida propia. Joan Mora elige cuidadosamente todo tipo de objetos que descontextualiza y los transporta hacia los inquietantes umbrales de nuestra percepción.



Esta es la escueta información que encontramos acerca de Joan Mora en su página web. Lo cierto es que lo más fascinante de Mora es la aplastante sencillez de su carácter, sus nulas ínfulas de artista y su marcado carácter de obrero, de trabajador que ejerce su oficio con constancia y paciencia. Esta relación entre el artesano de oficio y su taller, su hábitat durante su estricto horario de trabajo, es lo que el fotógrafo barcelonés Jose Navarrete ha buscado plasmar en un hermoso y sobrio reportaje fotográfico del que hemos podido disfrutar estos días en el recibidor de la Escola d'Art Serra i Abella de l'Hospitalet, entre otros interesantes trabajos seleccionados para el proyecto ON BARCELONA, presesentado por la sala H2O, además de una evocadora muestra de herramientas cotidianas del trabajo de Mora y la pieza escultórica cuyo proceso de realización constituye el tema del reportaje de Navarrete, testigo sensible y discreto del día a día del quehacer del artista en su taller.






La precisa ejecución que Joan Mora aplica a sus obras de mármol es tal que, fuera del contexto de una galería de arte, sus esculturas de mármol pasan inadvertidas como tales, confundiéndose con los objetos cotidianos que reproducen, como en el caso de la carpeta negra que ocupa el área central de la vitrina que acoge una instalación con fotografías de Navarrete, muestras documentales del trabajo de Mora y algunas de las herramientas que utiliza habitualmente. La minuciosidad de su hiperrealismo encuentra en la fotografía un cómplice del engaño visual que suponen sus piezas, que precisan ser tocadas para constatar su materialidad pétrea. Como anécdota, parece ser que una chaqueta de luces, una torera colgada de una silla, pieza tallada en un bloque único, despertó tal curiosidad en el público de la feria de arte de ARCO, que la moqueta en la que se situaba la obra acabó la feria totalmente desgastada por las pisadas del público incrédulo que tenía que constatar mediante el tacto que aquello era efectivamente un bloque de mármol tallado.


A continuación de mis propias imágenes sobre la muestra, os ofrezco una selección de las fotografías de Jose Navarrete, un pausado viaje al tiempo y el espacio en el que habita el escultor y cuyas luces ha observado el fotógrafo para trasladar al papel fotográfico ventanas a las que el observador puede asomarse para percibir el rumor de la maquinaria, el repique de los cinceles y el polvo de la piedra sobrante.
































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