Como ya es habitual, de entre mis favoritos, "El Hurgador del Arte", donde, por cierto, encontraréis más información sobre Andrew Zuckerman, el fotógrafo que traemos a ilustrar la voz del animal invisible. Los ilustradores y fotógrafos de la naturaleza, en su intento por inmortalizar la presencia, la imagen definitiva, de las especies animales, realizan siempre un interesantísimo ejercicio de aproximación a las expectativas de los seres humanos por medio de la expresividad física de las criaturas que reproducen y representan en sus obras.
"Creature", de Zuckerman, es un claro ejemplo de obra polivalente, que contenta a los puristas de técnica fotográfica y a los amantes del arte visual más rotundo y expresivo.
http://elhurgador.blogspot.com.es/2012/11/andrew-zuckerman-ii-creature-fotografia.html
Andrew Zuckerman
Andrew durante una entrevista para OnCreativity.tv
Segunda entrega del trabajo de Andrew Zuckerman. Ésta vez material de su
libro "Creature", con una selección de animales en 175 fotografías de
altísima definición sobre fondos blancos. El sitio web del proyecto es éste.
"Asian Elephant (Elefante asiático)" Elephas maximus
"Tokay gecko (Gecko tokay)" Gekko gecko
"Las imágenes que
estás viendo en éste libro son el producto final de un viaje de
descubrimiento y aprendizaje sobre cómo conectar con el espíritu y
esencia de todas las criaturas. En los animales, como en los humanos,
los ojos conectan a la criatura con el mundo exterior y centran nuestro
enfoque para ver más profundo dentro del corazón y la verdadera
naturaleza de las criaturas. El objetivo de éstas imágenes es
intensificar la conexión del espectador con los animales e inspirar
nuevas perspectivas en el vínculo familiar e inmediato con las criaturas
como nunca habíamos visto antes. Como todos los viajes, las
experiencias tempranas de la vida y los sucesos fortuitos son los que
conforman la evolución del modo como abordamos al arte.
Algunos de los
recuerdos más tempranos de mi niñez suburbana en Maryland tenían que ver
con las salidas dominicales de la familia a los museos de Washington
D.C. Mis padres confirmaron que era la forma menos cara de reunión
familiar en la cual me situaban a mí, el más joven de 4 hermanos, en un
cochecito y llevaban a mi hermano, hermanas y a mí mismo a contemplar
las maravillas de las colecciones del Smithsonian. Aunque probablemente
fuera muy bajo por aquél entonces para apreciar el arte de las paredes,
me fascinaban las instalaciones de dioramas a tamaño natural con
animales disecados en sus situaciones naturales."
"American black bear (Oso negro)" Ursus americanus
"Common wolf (Lobo común)" Canis lupus
"Un par de
veranos después que me mudara a New York para ir al colegio, me encontré
viviendo en el piso más alto de una casa en la calle 78 y la Avenida
Columbus, que ocupaba tan sólo unas pocas horas al día porque era
simultáneamente asistente de un fotógrafo de modas y barista. Cuando
perdí mi trabajo diario y el calor del apartamento se me hizo
insoportable, busqué refugio en el Museo de Historia Natural; estaba
calle arriba y tenía aire acondicionado, y retomé mi fascinación de la
niñez con aquellas exhibiciones de animales a tamaño natural.
Más tarde, ese
año, visité a un amigo en Ecuador e hice un viaje a las Islas Galápagos,
donde fotografié la asombrosamente extraña vida salvaje en los lugares
más apacibles. Mientras estaba allí, mi mente retornaba a aquellos
dioramas del museo. En éste punto, aún pensaba en los animales y sus
relaciones con el entorno, y no tanto en sus formas individuales.
Unos pocos años
más tarde, estaba en Orient Point en Long Island, en un amargo y frío
febrero. Durante un paseo me encontré con un pájaro muerto que yacía
conformando una asombrosa composición sobre la prístina nieve. Volví a
mi casa, cogí la cámara e hice una fotografía que me haría cambiar el
modo en que quería capturar la vida salvaje durante los próximos años."
"A ésto siguió una serie de imágenes de huesos, que también fotografié en blanco.
En éste punto,
aún fotografiaba ciegamente lo que me interesaba. No tenía asistencia, y
tenía mi propio estudio de batalla que había mantenido vivo con la
editorial y mis no tan frecuentes trabajos en publicidad. Cuando mi
interés por los huesos se desvaneció, compré una granja de hormigas para
hacer fotografías de las hormigas trabajando.
Rápidamente
comprendí que lo que más me interesaba no era la granja, sino las
hormigas en sí. Descarté la granja y fotografié las hormigas sobre fondo
blanco, en grupo e individualmente. Comprendí que cuando el sujeto es
sacado de contexto, es la conducta y no el propósito lo que permanece.
Ese fondo vacío sería mi nuevo lienzo para cada criatura que pudiera
meter en el estudio.
Los retratos
resultantes exploran no sólo las formas, texturas y movimientos de las
criaturas, sino, lo que es más importante, su carácter. Éstas imágenes
son un intento de revelar la conciencia subyacente que todos los seres
vivos comparten."
"Slow loris (Loris perezoso)" Nycticebus coucang
"Durante los
cinco años de fotografías para éste proyecto, muchos cambios -tanto
técnicos como conceptuales- han ido ocurriendo. Mi capacidad técnica
para preservar fragmentos cada vez más ínfimos de tiempo, expandidos a
través de una serie de imágenes experimentales que hacía con diferentes
líquidos, suspendidos en un globo y disparándoles con una bala. El
sonido de la explosión provocaba la exposición (a través de un sistema
de retardo diseñado al efecto que conectaba las luces al micrófono). Los
resultados me fascinaron y me llevaron a profundizar en el concepto de
la hiper-congelación de momentos y sus propiedades meditativas y
estéticas. Ambos proyectos avanzaban simultáneamente y, viéndolo en
restrospectiva, se alimentaban mutuamente.
Cuando comencé a
hacer éstas fotografías, tomé prestadas algunas de esas técnicas. Para
destilar un fotograma hasta sus elementos esenciales, debía descartar la
información superflua que llevaba mi mirada fuera de lo esencial.
Eliminando todo el sentido de contexto y capturando los movimientos más
infinitesimales, esperaba no sólo preservar un momento en el tiempo,
sino eliminar completamente la idea de tiempo. Cuando el tiempo no
existe, no hay espacio para especular acerca de qué hará la criatura al
momento siguiente. Quería que esas imágenes se sintieran como una
taxidermia de esas en las que me sumergía en los museos de historia
natural: estoica, congelada y participando de un pensamiento singular."
Andrew Zuckerman
Traducido del "Epílogo", del sitio web del proyecto, aquí.
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