Un año más, el módulo de técnica fotográfica en la Escola d'Art i Disseny Serra i Abella, llega a esa unidad de programación dedicada a los controles de cámara y a la comprensión del enfoque selectivo como recurso expresivo (especialmente cuando con focales largas o con diafragmas abiertos realizamos imágenes con escasa profundidad de campo). Todo esto, nos dicen, sirve para potenciar la sensación de espacialidad, tridimensionalidad, en las fotografías, planas, monoscópicas.
Sin embargo, nuestra visión es esteroscópica, tridimensional, y un buen modo de comprender las posibilidades expresivas y los entresijos técnicos de la óptica humana y la óptica fotográfica lo encontramos en la práctica de la fotografía 3D.
El método más sencillo de fotografía estereoscópica, si no disponemos de una cámara de doble objetivo, consiste en realizar series de parejas estereoscópicas con un leve desplazamiento lateral del eje óptico. De ambas fotos resultantes realizamos un fotomontaje digital sustituyendo el canal rojo de la imagen correspondiente al ojo derecho por el de la imagen tomada más a la izquierda. Podemos incluso decidir qué términos de la imagen traer más hacia el espectador o alejar más hacia el fondo cuando adquirimos una cierta práctica y comprendemos lo que ocurre.
En entradas anteriores, en este mismo blog, hemos dado cuenta de ello y encontraréis explicaciones un poco más detalladas.
En esta ocasión he decidido exponer los trabajos que me parecen más expresivos por el hecho de haber sido realizados en 3D, adquiriendo interés no sólo por el hecho anecdótico o de moda de poder ser vistas en tres dimensiones, sino porque creo que comunican más en su versión tridimensional que en su versión bidimensional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario