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miércoles, 21 de marzo de 2007

Hace un tiempo, me dedicaba a la construcción de escenografías naturalistas para exposiciones zoológicas. Sería una larga historia explicaros cómo llegué a semejante situación profesional, pero el caso es que me vi trabajando en el marco del Zoo de Barcelona no sólo para el Zoo, sino también para la empresa que, bajo una subcontrata, llevaba la gestión de una exposición paralela de animales raros, artrópodos curiosos, reptiles extraños y, en general, criaturas venenosas y/o misteriosas. Los equipos de trabajo que se generaron estaban compuestos por trabajadores del zoo que, por una u otra relación con el grupo ATROX, Natura Misteriosa, o Proyectos Zoológicos (las empresas que gestionaban dicha exposición) se habían sumado por diversas razones a los sucesivos proyectos de remodelación o reubicación de esta exposición temática.
Uno de ellos, el biólogo Gerardo García, era un gran aficionado a toda índole de pequeñas criaturas que criaba en su casa, y me asesoraba sobre las condiciones óptimas de cualquier terrario, independientemente de que estuviesen bellamente decorados o no. El caso es que, además de un apasionado criador y conservador, Gerardo es un apasionado de la taxonomía, cosa que se traducía en su impresionante collección de ejemplares que, una vez muertos tras cumplir su ciclo vital en cautividad, acababan ordenados en cajones que contenían gran cantidad de frasquitos y estuches etiquetados con los datos de cada ejemplar de insecto, arácnido, reptil o anfibio, y no tardamos mucho en tener la ocurrencia de probar a realizar moldes de dichos ejemplares para reproducirlos con alguna técnica tridimensional.
Dado mi contacto con la joyera Helena Luís, especializada precisamente en la fundición para joyería, decidimos entre los tres seleccionar una serie de ejemplares que, por su estado de conservación, su textura, su forma, su color o su tamaño, se adecuasen más para ser reproducidos en bronce o plata con un resultado realista.
Podeis ver algunas muestras en las ilustraciones de este blog, o en las webs mafalbores.artelista.com o en mafalbores.arshumana.com.
Hace poco, uno de mis compañeros de batallas en el zoo, el veterinario y amigo Jordi Hernández, me facilitó una web de unas escultoras y esmaltadoras americanas que realizan un trabajo similar, pero a través del trabajo de mecánico joyero y esmaltador que me parecen dignas de mención:

http://www.beetlesculpture.com/index.htm

Os recomiendo que les deis un vistazo y os sorprendais de la calidad de su trabajo. La diferencia sustancial con las piezas que realizamos en el taller de Helena Luís es que que las nuestras son enteramente reproducciones exactas a partir de un molde (lo más difícil del proceso) y tan sólo algunas partes muy delicadas de algunos animales debían ser reconstruídas, mientras que las piezas de estas dos artistas no son reproducciones vestigiales, sino representaciones bastante realistas de las criaturas e incluso de su entorno vegetal, con el añadido del color a través de técnicas de esmaltado al fuego, que en algunos casos constituye todo un logro de recreación naturalista de los colores de algunos insectos.